¿Qué es la Microbiota?

La Microbiota intestinal, o también llamada flora intestinal, es la población de microbios y bacterias que viven en nuestro intestino, que presentan una alta implicación en la salud humana. Existen decenas de millones de microorganismos, incluyendo al menos 1.000 diferentes especies de bacterias conocidas con más de 3 millones de genes, residiendo en la flora intestinal. Un tercio de nuestra microbiota intestinal es común a la mayoría de la gente, mientras que dos tercios son específicos para cada uno de nosotros, es decir, nuestro intestino es una de identidad individual.

 La microbiota juega un papel esencial en nuestra vida, hasta el punto de que esta sería imposible en su ausencia. El número de microorganismos que la componen supera en unas diez veces al de células de nuestro propio organismo y, por ejemplo, la mitad del volumen de nuestras heces está constituido por microorganismos que habitan en nuestro aparato digestivo.

Composición de la microbiota autóctona

La microbiota se distribuye en el organismo a lo largo de la piel y las mucosas que tapizan las cavidades que se comunican con el exterior, estando vedada la colonización del medio interno, donde la presencia de microorganismos despierta, invariablemente, una respuesta inmunitaria destinada a eliminarlos. La microbiota presente en cada localización es característica de la misma y está adaptada a las condiciones que imperan en ella.

  1. Microbiota de la piel

La piel está expuesta a los microorganismos ambientales pero, en general, está seca, es ácida, sufre abrasiones continuas y los nutrientes son escasos. Estas condiciones tan inhóspitas se atenúan en las glándulas sudoríparas y sebáceas y en los folículos pilosos, en los que hay mas humedad y nutrientes.

Las bacterias constituyen alrededor del 95% de la microbiota de la piel, predominando: Actinobacterias y Firmicutes como Staphylococus epidermidis.

También aparecen hongos, principalmente del genero Malassezia y acaros (arácnidos microscopicos) que viven en los foliculos pilosos.

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  1. Microbiota del aparato digestivo

El aparato digestivo presenta multitud de conductos y cavidades, en cada uno de los cuales encontramos una microbiota característica.

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  1. Microbiota del aparato genitourinario y de la glándula mamaria

 En los varones la microbiota es escasa debido a que la orina lava la uretra periódicamente y a que el orificio de salida está muy separado del ano, que es la principal fuente de contaminación del aparato excretor en las mujeres. En éstas, a diferencia que en los hombres, los conductos que comunican el aparato excretor y el genital con el exterior están separados, lo que permitirá el establecimiento de una microbiota estable en la vagina.

 Ahora bien, los cambios hormonales que se experimentan a lo largo de la vida condicionan las características del ambiente vaginal y determinan la microbiota que colonizara dicha cavidad. De hecho, tan solo durante el periodo fértil, comprendido entre la menarquia y la menopausia, la vagina va a albergar una microbiota distintiva, compuesta mayoritariamente por lactobacilos, aunque hay un pequeno porcentaje que presenta una microbiota variada. Las especies predominantes son L. crispatus, L. jensenii, L. gasseri y/o L. iners, que son relativamente especificas de ese habitat.

La glándula mamaria también presenta una microbiota peculiar que procede de la contaminación de los conductos galactóforos por microorganismos de la piel y del intestino, habiéndose descubierto una ruta interna de colonización denominada la vía enteromamaria, por la que determinados leucocitos captan microorganismos intestinales

y los transportan hasta las mamas, donde se establecen y pasan a la leche. Las bacterias predominantes en la leche materna son Staphylococcus, Streptococcus, Enterococcus, Lactobacillus y Bifidobacterium.

 

Función de la Microbiota

Las labores que cumple la microbiótica son muy diversas, tal como función nutricional o inmunológica:

  • Desarrollo del sistema gastrointestinal del recién nacido
  • Obtención de energía de los nutrientes, debido a su capacidad para fermentar los carbohidratos indigeribles, promover la absorción de monosacáridos y el posterior almacenamiento energético
  • Mantenimiento del pH de la piel y en el colon.
  • Mejora la absorción de agua y minerales en el colon.
  • Aumenta la velocidad del tránsito intestinal.
  • Estimula la  angiogénesis o formación de vasos sanguíneos.
  • En el tracto intestinal, interactúa con el sistema inmunológico, proporcionando señales para promover la maduración de las células inmunes y el desarrollo normal de las funciones autoinmunes.
  • Cambios en su composición pueden contribuir al desarrollo de la obesidad y del síndrome metabólico
  • Protege contra el desarrollo de la diabetes tipo I.
  • Patologías o las enfermedades intestinales crónicas, son, y parecen estar relacionados con la alteración de microbiota intestinal.

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Factores que Dañan la Microbiótica

Nuestra conducta y hábitos son los principales implicados y causas del por qué nuestra flora intestinal tiende a debilitarse o llegar a enfermar, entendiendo esto como un descenso en la población bacteriana. Además conducen a establecer, tal como indicábamos antes, nuestro perfil único de microbiota. Entre dichos factores se encuentran:

Edad: la población más joven tiene menos complejidad de diversidad bacteriana, mientras que los ancianos favorecen la colonización del grupo de especies bacteroides.

Dieta: lo que comes puede definir tu Microbiota intestinal alterándola.

Fármacos: la ingesta de antibióticos, como medida de curación, puede provocar también la eliminación de ciertos grupos de bacterias del intestino.

Ejercicio: como parte de las adaptaciones, y la vuelta a la homeostasis, producen ciertas variaciones en la microbiota, sobre todo, el de alta intensidad y de duración prolongada, amplificando los síntomas de estrés oxidativo.

Entorno: los contaminantes ambientales de diversas familias químicas alteran la composición y/o la actividad metabólica de las bacterias gastrointestinales, lo cual puede ser un factor importante que contribuye a moldear la microbiota del individuo.

¿Qué son:  alimento funcional, probiótico, prebiótico y simbiótico?

Un alimento funcional es aquel para el que se ha demostrado científicamente efectos beneficiosos para la salud sobre una o más funciones del organismo, más allá de sus propiedades nutricionales habituales, de modo tal que mejore el estado general de la salud o reduzca el riesgo de alguna enfermedad.

Según la FAO/OMS desde 2001 dicen que:

  • Los probioticos son “microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio a la salud del hospedador

 

  • Los prebioticos son “ingredientes que producen una estimulación selectiva del crecimiento y/o actividad(es) de uno o de un limitado número de géneros/especies de microorganismos en la microbiota intestinal confiriendo beneficios para la salud del hospedador

 

  • un simbiotico es un producto que combina al menos un probiotico y un prebiotico

 

PREBIÓTICOS

Los prebióticos son fibras vegetales específicas (organismos no vivos). Actúan como fertilizantes que estimulan el crecimiento de bacterias saludables en los intestinos.

Los prebióticos se encuentran en muchas frutas y vegetales, especialmente, en los que contienen carbohidratos complejos, como fibra y almidón resistente. El cuerpo no puede digerir estos carbohidratos, por lo que atraviesan el aparato digestivo para convertirse en alimento para las bacterias y otros microbios.

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Los requisitos que debe tener un prebiótico son:

  • Ser de origen vegetal.
  • No ser hidrolizado en el tracto gastrointestinal superior (ser resistente a la acidez gástrica y a las enzimas digestivas).
  • No absorberse en el intestino delgado.
  • Ser fermentado selectivamente por bacterias beneficiosas de la microbiota en el intestino grueso y facilitar el crecimiento de éstas.
  • Poseer eficacia demostrada para inducir efectos beneficiosos para la salud.
  • Ser osmóticamente activo, aumentando el peso de las heces y la frecuencia de la evacuación intestinal.

Los prebióticos estimulan el crecimiento de bacterias fermentativas (bifidobacterias y lactobacilos) en el colon, consiguiendo efectos beneficiosos; generan ácidos grasos de cadena corta que producen un descenso de pH, de forma que consigue controlarse el desarrollo de microorganismos perjudiciales.

También favorecen la absorción de minerales (calcio, magnesio, hierro y zinc), reducen la presión arterial y los niveles de colesterol Asimismo, los niveles de glucosa disminuyen, ya que la fibra soluble retrasa el vaciado gástrico y parece reducir la resistencia a la insulina.

Por otra parte, poseen efecto protector frente a infecciones intestinales.

Su acción laxante se explica porque reducen el tiempo de tránsito intestinal, y aumentan el volumen del bolo fecal y el número de deposiciones.

Por supuesto, es importante establecer la ingesta adecuada, ya que si es excesiva pueden provocar efectos secundarios molestos, como flatulencia, retortijones y diarrea.

 

PROBIÓTICOS

La diferencia de los probióticos es que contienen organismos vivos, en general, cepas de bacterias específicas que se incorporan directamente a la población de microbios saludables de los intestinos.

Al igual que los prebióticos, puedes consumir probióticos tanto a través de alimentos como de suplementos. Probablemente, el alimento más común que contiene probióticos es el yogur. Otros alimentos que se realizan mediante la fermentación de bacterias, como el chucrut, la kombucha y el kimchi, también son buenas fuentes de probióticos.

Los suplementos probióticos también contienen organismos vivos. Una sola dosis puede comprender una cepa de microbios en particular o una combinación de ellos.

 

A la hora de optar por un probiótico (tabla 1), es primordial que la cepa elegida (que se cataloga en función de su género, especie y de una designación alfanumérica) sea específica para la acción concreta de salud (no vale cualquier probiótico) y que haya estudios controlados que avalen su eficacia y su inocuidad.

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Los probióticos presentan un buen perfil de seguridad, por lo que los efectos adversos no suelen ser habituales.

Están contraindicados en pacientes:

  • Inmunodeprimidos o en tratamiento con inmunosupresores.
  • Con enfermedades auto inmunes.
  • Con diarreas sanguinolentas.
  • Convalecientes de cirugía cardíaca.

En principio, cualquier microorganismo de la microbiota puede ser un probiótico (tabla 3), pero en la práctica la mayoría pertenecen a dos grupos: lactobacilos y bifidobacterias.

La etiqueta de un producto que contenga probióticos debe incluir:

  • Género, especie y cepa de los microorganismos.
  • Dosis mínima de bacterias viables al final de la vida útil.
  • Dosis de producto que debe consumirse para que sea efectiva.
  • Descripción del efecto o efectos beneficiosos.
  • Condiciones de almacenaje.
  • Datos de la seguridad del producto.
  • Datos de contacto con el servicio de atención al cliente.

 

Simbióticos

Se denomina «simbiótico» a la mezcla de uno o más organismos probióticos con uno o varios compuestos prebióticos.
El objetivo es favorecer la actividad de ambos componentes para potenciar sus propiedades saludables gracias al efecto sinérgico que existe entre ellos.

  • Esto implica que sólo puede ser simbiótico el producto que demuestra ejercer un efecto beneficioso superior a la suma de los generados por sus integrantes por separado11.
  • Los simbióticos son la principal táctica para la integración del probiótico en el ecosistema, ya que aumentan la vida útil de éste y, además, dan un sustrato específico para la microbiota residente.

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