CANNABIS SATIVA: CBD

El cannabis sativa e índica son las plantas de las cuales se obtiene el cannabis. Mediante la resina, las hojas, los tallos y las flores, se extraen el hachís y la marihuana.
 
Los efectos conocidos del cannabis en el sistema nervioso central son generados principalmente por el tetrahidrocannabinol (Delta-9-THC), la principal sustancia psicoactiva de la planta sativa y que es comúnmente conocida como THC.
 
En España, el THC se encuentra en tres principales preparados, la marihuana (flores, hojas y tallos secos de la planta), el hachís (resina de las flores) y el aceite de hachís (hachís disuelto), y en función del preparado utilizado, el THC se presenta en más o menos proporción
 
El consumo de cannabis está muy extendido en todo el mundo, siendo la tercera droga más consumida después del alcohol y del tabaco. Además, las encuestas ponen de manifiesto que el cannabis es la droga ilegal cuyo consumo se inicia a una edad más temprana.
 
La variedad índica, a diferencia de la anterior, contiene niveles más altos de Cannabidiol (CBD), otro de los componentes principales de la planta.
 
La diferencia entre el THC y CBD es que el CBD no tiene efectos psicoactivos, pero ofrece un gran potencial medicinal para el tratamiento del dolor, epilepsia etc.
 
SITUACIÓN EN ESPAÑA
 
En España el mercado del cannabis se rige por los reglamentos establecidos por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), haciendo referencia a la resolución de la Convención Única del año 1961 (CU 1961) (19) y que se complementan con la aplicación del Código Penal (Ley Orgánica 10/1995), la Ley de Protección de Seguridad Ciudadana (Ley Orgánica 4/2015) y la Ley de Salud Pública (Ley Orgánica 10/1995). Junto a la legislación general, se suman normativas autonómicas y en ocasiones municipales, recogidas en la web del Plan Nacional sobre Drogas.
 
En cambio, sí se permite legalmente el cultivo, adquisición y consumo para la
investigación médica y científica, o en el caso del cáñamo (con dosis despreciables de THC) para fines industriales. En cuanto al uso medicinal del cannabis, este se limita al uso de los principios activos purificados (no partes de la planta) y para indicaciones concretas tras autorización de la AEMPS, y está sujeto a prescripción médica. En lo que refiere al uso terapéutico de partes de la planta consideradas estupefacientes, en este momento queda pendiente su regulación y no ha habido cambios recientes que faciliten el uso terapéutico de cannabis.
 
 
¿QUÉ ES EL CANNABIDIOL?
 
El cannabidiol (CBD) es uno de los más de 140 compuestos presentes en la planta del cannabis. Es un compuesto que goza de mucha popularidad en la opinión pública como compuesto de productos de estética o complemento alimenticio.
 
En esta planta se han identificado más de 80 químicos conocidos como cannabinoides. A pesar de que el THC es el principal ingrediente activo en la marihuana, el cannabidiol también se obtiene del cáñamo, que contiene solo una pequeña cantidad de THC.
 
Actualmente en España, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios aprueba su uso en epilepsia en combinación con otros antiepilépticos para tratar crisis debidas a dos enfermedades raras; el síndrome de Dravet y el de Lennox-Gastaut, a partir de los 2 años.
 
Se trata de un compuesto bien tolerado y que no presenta acción psicoactiva y, por ello, se observa como un candidato ideal para su uso clínico en un amplio rango de potenciales efectos terapéuticos.
 
Se pueden encontrar numerosos estudios experimentales tanto in vitro como in vivo para diversas aplicaciones, en las que ha mostrado propiedades antiinflamatorias e inmunomoduladoras, antipsicóticas, analgésicas y antiepilépticas, entre otras. Este compuesto actúa sobre diferentes sistemas receptoriales, incluyendo los sistemas opioide, serotoninérgico y cannabinoide.
 
 
El volumen de investigación sobre el CBD y sus beneficios medicinales no deja de aumentarPor esa razón, es legal incluirlo en los alimentos y suplementos dietarios. El cannabidiol no se puede incluir en los productos comercializados con garantía terapéutica pero sí en los productos cosméticos que contengan menos de un 0,3% de THC.
 
 
DESCRIPCIÓN QUÍMICA del CANNABIS
Inflorescencias secas de la planta femenina de Cannabis sativa L.
Principios activos:
1- cannabinoides, fundamentalmente delta-9-tetrahidrocanabinol (delta-9-THC: también denominado dronabinol),
y en menor cantidad ácido delta-9-THC, delta-8-THC,
2- cannabidiol
3- cannabinol.

INDICACIONES

Registradas

Tratamiento adicional para la mejoría de los síntomas en pacientes con espasticidad moderada o grave debida a la esclerosis múltiple (EM) que no han respondido de forma adecuada a otros medicamentos antiespásticos.

No registradas

  • Problemas de médula espinal: contra el dolor, espasmos y convulsiones musculares.
  • Cáncer y VIH/SIDA: dolor; vómitos y náuseas como efectos secundarios de la quimioterapia, la radioterapia y la medicación antirretroviral; como estimulante del apetito.
  • Dolores crónicos de origen nervioso.
  • Síndrome de Guilles de Tourette: ayuda a detener los tics.

Hay que recordar que el cannabis no juega ningún papel en la curación de estas dolencias. Sólo -en algunos casos y ante el fracaso de los fármacos existentes para abordarlas- puede ayudar a aliviar sus síntomas.

CONTRAINDICACIONES

  • Trastornos psicóticos.
  • Pacientes con problemas psicológicos.
  • Problemas de corazón: arritmias cardíacas, insuficiencia coronaria o pacientes que hayan tenido alguna angina de pecho o infarto.
  • Contraindicado en personas que deban utilizar maquinaria o tengan que conducir. En este caso, se recomienda, si se ha consumido cannabis por vía inhalatoria, esperar como mínimo dos horas antes de conducir. Y si se ha tomado por vía oral -inhalación, cápsulas, con la comida…-, esperar al menos cuatro horas.

DOSIFICACIÓN

Es muy difícil establecer una buena pauta de dosificación, ya que estamos hablando de una sustancia con una gran variabilidad. Esta variedad en la dosis dependerá de la calidad y las características de la planta de la que se disponga. Lo mejor es aumentar la dosis poco a poco, esperando encontrar el efecto deseado. Es recomendable obtener siempre la sustancia de un mismo origen, ya que las posibilidades de que la cantidad de principios activos sean similares son más altas.

El cannabis medicinal se puede utilizar de varias maneras: infusión, inhalación o ingestión.

  • La inhalación es la vía más rápida, porque los principios activos del cannabis van directamente a los pulmones y su absorción es más rápida. Se hace utilizando «vaporizadores», que son unos aparatos que calientan el cannabis y hacen que los principios activos se volatilicen y vayan a los pulmones una vez se han inhalado. La diferencia con la combustión (fumar) es que esta segunda opción es más nociva porque están presentes algunos agentes cancerígenos e irritantes para las vías respiratorias.
    El efecto máximo en la inhalación se produce al cabo de 15 minutos, y la duración es de 2-3 horas.
  • En el caso de las infusiones, se debe añadir un poco de aceite, mantequilla o leche entera al agua, porque los cannabinoides son liposolubles (solubles en aceite) y no se solubilizan en agua.

 En este caso, los efectos se notarán a los 30-90 minutos, el efecto máximo se notará a las 2-3 horas y el efecto puede durar hasta 8 horas después de la administración.

Atención:

  • La inhalación de cannabis tiene más posibilidades de producir efectos secundarios psicológicos. Sobretodo si el cannabis lleva mucho dronabinol -cosa que no podemos saber, porque no se trata de una sustancia controlada en la comercialización-. Por eso se recomienda empezar por una dosis baja o bien inhalando menos veces. Otra posibilidad es empezar por la infusión de cannabis en lugar de la inhalación. Pero también como infusión se tiene que empezar poco a poco.
  • Es más difícil encontrar la dosis adecuada en la infusión que en la inhalación, ya que tarda más tiempo en hacer efecto. Se empieza siempre por una taza al día. Si no fuera suficiente, se puede subir la dosis hasta dos tazas al día.
  • Hay que esperar una o dos semanas para poder juzgar los efectos. El efecto es menor después de un uso repetido.
  • Como el cannabis que se consume en nuestro entorno no está controlado en cuanto a concentración de principios activos, hay que tener mucho cuidado con la dosificación.

La dosis depende mucho la persona y de la experiencia que haya tenido con el cannabis. Hay que empezar siempre con dosis pequeñas.

EFECTOS SECUNDARIOS

Los efectos secundarios psicológicos que se pueden experimentar pueden ser muy diferentes. Depende de la calidad del cannabis, de la manera en la que se usa, de la experiencia que tiene el usuario con la sustancia y también del estado de ánimo a la hora de tomarlo.

Después de consumirlo, la persona puede tener una sensación de euforia que poco a poco cambia a una sensación de satisfacción, calma y tranquilidad.

Otros efectos son: relajamiento, ataques de risa, apetito, gran sensibilidad para la música y los colores, cambio de sentido en el espacio y el tiempo y pereza. También puede tener lugar una falta de reacción, sobre todo durante las primeras horas después de la utilización.

Después de la inhalación, las dos primeras horas son las más importantes; si la ingestión es oral, hay que tener en cuenta las primeras cuatro horas.

La percepción cambiada puede comportar sensaciones de miedo, pánico y confusión. Y en pacientes que no se encuentran bien, utilizarlo puede comportar una reacción negativa peor.

El consumo diario puede afectar a la memoria y a la capacidad de concentración.

Se han constatado casos con manifestaciones de intranquilidad e insomnio.

También puede llevar a una reacción psicótica, que se puede reconocer por las alucinaciones.

Otros efectos secundarios son: taquicardia, hipotensión ortostática (cuando se está de pie), dolor de cabeza, mareo, tener frío y calor al mismo tiempo en los pies y en las manos, ojos enrojecidos, músculos adormecidos, boca reseca

Si se fuma, se irritan las vías respiratorias y a la larga pueden aparecer enfermedades como bronquitis, faringitis, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o cáncer de pulmón.

RIESGO de DEPENDENCIA

El riesgo de dependencia es relativamente bajo cuando se administra cannabis durante un período corto de tiempo (por ejemplo, como tratamiento para reducir las náuseas y vómitos producidos por la quimioterapia). En el caso de un tratamiento más largo (dolor, esclerosis múltiple…), el riesgo de dependencia es más elevado, y en dichos casos será muy importante valorar el efecto beneficio/riesgo y tomar una decisión.

Algunos usuarios manifiestan padecer síndrome de abstinencia si dejan bruscamente el consumo. Este síndrome, que es moderado, se caracteriza por irritabilidad, nerviosismo, trastornos del sueño, hiperhidrosis (secreción de sudor exagerada) y anorexia.
Hay que aclarar que la dependencia viene determinada por factores más psicológicos que físicos.

ADVERTENCIAS ESPECIALES

  • El cannabis puede empeorar alteraciones psicológicas, especialmente en personas psicóticas. Por tanto, es importante tener en cuenta esta premisa antes de decidir tomarlo.
  • El uso del cannabis puede influir en la capacidad de concentración y reacción. Por eso se recomienda no conducir ningún vehículo ni utilizar maquinaria peligrosa si se ha consumido cannabis. Si, a pesar de todo, es imprescindible coger el coche, se deberá esperar como mínimo 2,30 h si se ha tomado por inhalación y 4-5 h si se ha tomado por ingestión.
  • Los efectos secundarios psíquicos pueden dar lugar a un ataque de pánico. Es aconsejable estar acompañado si se utiliza cannabis por primera vez.
  • El cannabis contiene productos de combustión nocivos, como por ejemplo materiales cancerígenos y monóxido de carbono.
  • No se puede utilizar cannabis durante el embarazo ni la lactancia.
  • Antes de utilizar cannabis, es muy importante conocer y contrastar la medicación que se está tomando.

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By FRL